Los sistemas centralizados tienen como objetivo el ahorro de tiempo durante las rutinas de lubricación. Permiten además, entre otras cosas, el poder lubricar mientras los equipos están en funcionamiento y aumentar la confabilidad y la vida útil.
Dependiendo de la distancia entre los puntos y la cantidad de grasa necesaria, se puede optar por un sistema progresivo, doble línea, simple línea o circulatorio.
La buenas prácticas indican que la lubricación debe ser poca y frecuente. De ésta forma aseguramos que el activo sea lubricado correctamente evitando roturas imprevistas.
Éstos sistemas no tienen cantidad mínima ni máxima de puntos a agrupar, pueden ser manuales o automáticos e instalarse en equipos fijos o móviles. Son aptos para dosificar grasa o aceite.